Ya os comenté en esta entrada que me hice 4 mochilas letradas de tirón, pues bien, ésta es otra de ellas.
Quería haberle incluido en el llavero la M de Mario, pero se me había agotado en mi Letrilandia y le puse la inicial de su apellido.
Por supuesto que llevaba su antifaz a juego (no sé exactamente si la imagen corresponde porque el fotógrafo se lió bastante), lo que puedo dar fe es que cuando se lo di, se lo puso encima de la cabeza, a modo de gafas de sol, y ya no se lo quitó.
Mario, ha cumplido ya 8 años, es mi sobrino pequeño y de los primeros en usar la mochila con solapa, como fue de los primeros en tener una mochila hecha por su tía.
Espero que la disfrutes muchos años.
Y sigo coso que te coso...